Fascismo

Cuando oímos la palabra "fascismo", ¿qué nos viene a la mente? Para la mayoría de la gente la palabra se asocia con el periodo de tiempo que va desde los años 20 hasta el final de la 2ª Guerra Mundial. Pero, ¿qué es el fascismo y cómo lo reconocemos cuando lo vemos?

Este artículo define el fascismo y analiza su significado. También describiremos ejemplos de fascismo en la historia, principalmente a principios del siglo XX, y compararemos el fascismo con ideologías políticas que se perciben como similares.

Definición de fascismo

El fascismo es una ideología política en la que el país está gobernado por un dictador, el gobierno controla el trabajo y los negocios, y la oposición está prohibida. El fascismo se creó a partir de la idea de que las democracias igualitarias eran débiles y llevarían a la sociedad a una grave crisis.

En la década de 1800, se estaban creando los cimientos del fascismo. Como estructura basada en el Darwinismo Social, empezó a cuestionar la idea de que todas las personas merecían la igualdad. Este sistema prometía la creación de una sociedad mejor y más fuerte, sin las debilidades de las democracias mercantilistas ni del socialismo marxista, mediante el despojo del individualismo y de los derechos individuales.

Significado de fascismo

El fascismo es un sistema político en el que un líder autoritario silencia a la oposición y centraliza el comercio, a menudo haciendo hincapié en la supremacía racial la pureza cultural.

Características del Fascismo

Xenofobia : El fascismo rechaza los derechos y libertades civiles individuales y pretende excluir a las personas en función de sus diferencias, a menudo por medios violentos.

Nacionalismo: Fuerte sentimiento de orgullo y devoción a la nación y la idea de superioridad nacional y la condena y exclusión de los demás.

Autoritarismo: Sistemas gubernamentales que restringen las libertades individuales y exigen obediencia al Estado, a menudo dirigidos por un dictador.

Violencia/Militarismo: La guerra y la violencia se consideran necesarias y buenas. Muchos gobiernos fascistas pretenden ampliar su territorio y su esfera de influencia mediante la conquista militar.

El fascismo también rechaza la libre empresa y los principios económicos del socialismo. Es anticomunista y antisocialista. Además, se promueven los roles de género tradicionales, y se considera que tener hijos es la principal función y fuente de valor de la mujer.

Ejemplos de fascismo

Italia

El fascismo surgió en Italia en las décadas de 1920 y 1930 como respuesta a una crisis económica. Los granjeros terratenientes del norte de Italia se enfrentaron a los trabajadores apoyados por los socialistas por los salarios y las condiciones de trabajo. El grupo fascista de Benito Mussolini, los Camisas Negras, apoyó a los campesinos. El gobierno se negó a implicarse en el conflicto, lo que permitió a Mussolini y a los Camisas Negras hacerse con el poder en la zona. Tras dos años de lucha, los fascistas derrotaron a los socialistas y se convirtieron en el poder de facto en el norte de Italia.

Mussolini expandió su poder mediante la violencia y la intimidación. Tras la "Marcha sobre Roma", Mussolini fue declarado primer ministro por el monarca de Italia. En 1925, reforzó el partido mediante organizaciones juveniles que enseñaban a los niños a ser buenos fascistas, además de cimentar los roles tradicionales de género. En la década de 1930, Mussolini expandió el fascismo estableciendo un imperio de ultramar.

Benito Mussolini y Adolf Hilter fueron líderes fascistas, Wikimedia Commons.

Alemania

El Partido Nazi fue fundado por Adolf Hitler en 1920, pero le costó ganar mayorías electorales. Sin embargo, cuando un incendio destruyó el edificio del Reichstag en Berlín en 1933, el apoyo al partido cobró impulso. Hitler atribuyó el incendio a un ataque terrorista de comunistas empeñados en derrocar al gobierno. El Partido Nazi pudo utilizar la violencia y la intimidación para conseguir el apoyo parlamentario necesario para aprobar la Ley Habilitante. La Ley restringió las libertades civiles y dio a Hitler la autoridad para establecer una dictadura, y no pasó mucho tiempo antes de que se ilegalizaran otros partidos políticos.

Hilter utilizó el sistema legal para aumentar su control sobre la vida de los alemanes. Su enfoque totalitario de las transformaciones sociales, económicas y políticas que pretendía llevar a cabo garantizó que hubiera poca interferencia de la oposición.

El antisemitismo fue fomentado por el partido y, poco después de que Hilter tomara el poder en 1933, comenzaron los ataques contra los judíos. Las Leyes de Nuremberg permitieron la persecución de los judíos alemanes. Se les revocó la ciudadanía alemana, haciéndoles perder sus derechos básicos. Se les negó el empleo y muchos negocios judíos fueron boicoteados hasta que se vieron obligados a cerrar. Se restringió el acceso a la educación. Sólo los de ascendencia aria podían trabajar en la administración pública. Se confiscaron propiedades. Se prohibieron los matrimonios mixtos entre judíos y alemanes étnicos. Estas tácticas se utilizaron para excluir a los judíos de la sociedad alemana, ya que los fascistas afirmaban que los judíos eran el mayor peligro para la nación. Pero los nazis no se detuvieron ahí. Su odio hacia la comunidad judía condujo al internamiento, la tortura y los asesinatos en masa de judíos durante el Holocausto.

Auschwitz-Birkenau, situado en Polonia, fue el campo de concentración más infame. Se calcula que murieron allí 1,1 millones de personas, Dieglop, CC-BY-SA-4.0, Wikimedia Commons.

España

El fascismo estaba en auge en España durante el periodo de entreguerras (décadas de 1930-1940) bajo el gobierno de Francisco Franco. Consiguió apoyo militar de la Alemania nazi y de Italia durante la guerra, responsable de su ascenso al poder, que ganó en 1939. Creó una dictadura militar totalitaria y se autoproclamó Jefe del Estado.

Creó campos de concentración y utilizó los trabajos forzados y las ejecuciones contra sus enemigos. En los 190 campos de concentración, el número de muertos se estimó entre 200.000 y 400.000.

El régimen de Franco promovió el nacionalismo, el autoritarismo y el militarismo. El catolicismo era la religión obligatoria. Bajo Franco, España era anticomunista y antiliberal.

Fotografía del dictador español Francisco Franco (1939), Wikimedia Commons.

Fascismo vs Comunismo

El comunismo cree que los individuos trabajan según sus capacidades y utilizan los recursos según sus necesidades. Todas las personas son iguales y no hay clases. El gobierno posee todos los medios de producción, la tierra y otros recursos. No existe la propiedad privada. Las personas trabajan para el gobierno y los productos del trabajo se distribuyen equitativamente. Los gobernantes del Estado eligen por todos. En la práctica, se utiliza la propaganda, la censura, los mítines y la fuerza para controlar la sociedad.

El fascismo se diferencia del comunismo en que el único papel de los individuos es promover el progreso del estado. Se imponen los roles de género tradicionales y se prohíbe cualquier subversión. Los medios de producción son de propiedad privada, pero funcionan bajo especificaciones hechas por el estado. La propiedad privada está permitida, pero depende en gran medida de las contribuciones del individuo al estado.

Fascismo vs Socialismo

El socialismo se diferencia del fascismo porque la democracia puede seguir existiendo en los regímenes socialistas. Hay igualdad de oportunidades económicas, propiedad colectiva sobre los medios de producción y capacidad para asociarse libremente a través de partidos u organizaciones políticas. Los beneficios se reparten entre la población, además de los sueldos o salarios individuales. El estatus se determina más por las características políticas que por las clases económicas. Hay libertad religiosa, aunque suele fomentarse el laicismo. Las personas se consideran iguales y existen leyes establecidas para proteger a las personas de la discriminación y las violaciones de los derechos humanos.