Esclavitud

La esclavitud: Definición

La esclavitud sobre la que sin duda aprendiste en la escuela fue probablemente la esclavitud de la Trata Transatlántica de Esclavos, en la que 12,5 millones de seres humanos fueron comprados y vendidos como mercancías. A pesar de lo espantosa y generalizada que fue (y es) esta práctica, es sólo una de las cuatro o cinco categorías distintas de esclavitud que estudiaremos.

Tipos de esclavitud

Esclavitudmobiliaria: Las personas son propiedad de otras personas. Las personas esclavizadas suelen ser capturadas en batallas, incursiones o secuestros. Otras nacen en la esclavitud. Una vez capturados, los esclavos son objeto de trata y entregados a los compradores. Puede que nunca tengan otra opción que escapar para conseguir la libertad.

Trabajo forzado: Los deudores se entregan a sí mismos o a otros (a menudo, a sus hijos) a los acreedores como pago de una deuda. La deuda puede ser económica o algún tipo de obligación social o religiosa, como la dote de una novia o el servicio a un templo. La servidumbre puede durar sólo unos meses o prolongarse durante años y, a veces, a perpetuidad si no se puede saldar la deuda. Es el tipo de esclavitud más común hoy en día, y comprende el trabajo agrícola, el trabajo industrial, la prostitución, la servidumbre doméstica (criadas) y muchas categorías más.

Trabajo forzado: Los siervos, los niños soldados, los reclutas militares y los prisioneros son algunos de los tipos más destacados de personas esclavizadas en esta categoría.

El trabajo forzado no implica la propiedad de alguien, y a menudo hay "salidas" de la condición, aunque se haya nacido en ella (por ejemplo, la servidumbre). Para los presos, se trata del cumplimiento de la condena; para los reclutas, una vez finalizado el servicio militar; para los siervos y peones agrícolas en general, la emigración.

Algunos trabajos forzados son remunerados, aunque normalmente a bajo precio. Las personas obligadas a trabajar para otros o para el Estado pueden tener algunos derechos, pero se les niegan otros.

Fig. 1 - Manifestantes con pancartas de "Abolición de la esclavitud infantil" en inglés y yiddish en un desfile laboral de 1909 en Nueva York.

Esclavitud infantil: Como menores, los niños no tienen todos los derechos y responsabilidades de los adultos. En las sociedades agrícolas, puede esperarse de ellos que realicen trabajos físicos sin remuneración ni elección a una edad temprana, por lo que la línea que separa la tradición de la explotación puede ser difícil de trazar. Sin embargo, es clarísima cuando se obliga a los niños a trabajar en fábricas, se les vende para el comercio sexual, se les envía a la calle a mendigar o se les recluta como niños soldado (el caso de unos 300.000 niños en el mundo hoy en día).

Matrimonio forzado: Algunas medidas de esclavitud incluyen esta categoría. En muchos países del mundo sigue siendo habitual y esperable que el matrimonio se produzca por secuestro: el novio simplemente roba a la novia como haría con un cautivo en la batalla. En el sur de Asia, las futuras novias a menudo no pueden decidir con quién se casan ni a qué edad, ya que los matrimonios son contratos entre familias y maridos.

Historia de la esclavitud

La esclavitud existe desde hace al menos 5.000 años y en todos los continentes habitados; se tiene constancia de ella ya en Sumeria, en el Creciente Fértil. Parece haber evolucionado con la estratificación social, asociada al dominio de la agricultura y a la formación de una clase dirigente de élite, de base urbana. La esclavitud surgió de forma independiente en el Viejo y el Nuevo Mundo, probablemente en numerosas ocasiones. Así pues, la esclavitud no se difundió como práctica cultural desde un único lugar. Nombra el imperio o reino de cualquier época o región: nueve (o diez) de cada diez veces, permitió e incluso promovió la esclavitud.

La esclavitud ha implicado sistemas de racismo institucionalizado y otras prácticas discriminatorias basadas en la cultura como justificación de los sistemas políticos que permiten la práctica, pero está sustentada por el afán de lucro.

Cristianos, musulmanes y esclavitud a escala mundial

Dos religiones universalizadoras, el cristianismo y el islam, llevaron la esclavitud a un nuevo nivel al hacer de los esclavos un pilar de sus economías. Incluso justificaron la esclavitud citando las Escrituras. La esclavitud de los no musulmanes por parte de los musulmanes comenzó en el siglo 600 y continuó hasta el siglo XX, con millones de personas esclavizadas. Mientras tanto, todo el mundo cristiano obtuvo un vasto alcance político y un enorme poder económico de la trata transatlántica de esclavos (1500-1800); el último país occidental que prohibió la esclavitud fue Brasil, en 1888.

En el mundo musulmán, la esclavitud fue una continuación de las prácticas preislámicas en muchos lugares. Las zonas de origen estaban al sur del Sáhara (la trata transahariana de esclavos y la trata de esclavos en el océano Índico) y, en menor medida, en toda Europa y Asia. El Imperio Otomano continuó con esta práctica hasta principios del siglo XX.

Fig. 2 - Mercado de esclavos en Yemen, 1200 d.C.

La esclavitud en África

En el mundo cristiano, la atención se centró en la compra de esclavos a intermediarios africanos. África, como todos los continentes, tenía muchos tipos de esclavitud antes de que llegaran los cristianos y los musulmanes. Como puedes suponer, las sociedades más estratificadas solían depender más de los esclavos. Algunas sociedades del interior del continente se vieron acosadas durante siglos por saqueadores de esclavos procedentes de redes que abastecían al Mundo Musulmán y al Mundo Cristiano ¡al mismo tiempo! Las élites africanas de sociedades como la Ashanti obtuvieron enormes beneficios económicos de la trata transatlántica de esclavos.

La esclavitud en América

En el Nuevo Mundo, sociedades estratificadas como la inca y muchas de Mesoamérica practicaban distintos tipos de esclavitud antes del contacto europeo. La mayoría de estas sociedades estratificadas se derrumbaron rápidamente a causa de las enfermedades y la conquista del Viejo Mundo, y la bula papal Sublimus dei de 1537 prohibió oficialmente la esclavitud de los indígenas, declarándolos seres humanos con alma. Esto se tomó con cierta seriedad en la sociedad española y portuguesa. Sin embargo, continuaron diversos sistemas de trabajo forzado de los indígenas: el sistema de encomienda y el repartimiento constituyeron la columna vertebral de la servidumbre que, en muchos sentidos, continúa hoy en algunas partes de América Latina, aunque bajo una apariencia diferente.

Las justificaciones cristianas de la esclavitud

El comercio transatlántico creció a medida que se reducía la mano de obra indígena y entraban en vigor las prohibiciones religiosas. El cristianismo pudo justificar la esclavitud de los negros africanos alegando que los esclavizados eran "paganos" o musulmanes y, por tanto, era mejor que se hicieran cristianos. Se predicaba que la esclavitud aportaría a los africanos los beneficios de la civilización blanca. Otros argumentos tachaban a los esclavizados de "niños" o de ser menos inteligentes que los blancos. A medida que millones de personas cruzaban el océano encadenadas para abastecer la explotadora y cada vez más lucrativa economía de las plantaciones de algodón, azúcar y otros cultivos, las condiciones se hicieron cada vez más duras, sobre todo tras las revueltas de esclavos en Estados Unidos y en toda América Latina y, después de 1804, la independencia de Haití.

La trata británica de indígenas

Los británicos tenían pocos reparos en esclavizar a cualquiera que no fuera blanco. En un ejemplo notorio, el comercio de esclavos indios en el sureste de EEUU entre 1670 y 1720 supuso el tráfico de decenas de miles de indígenas. Los chickasaw, una poderosa nación asentada en el valle del Mississippi, realizaban numerosas incursiones en busca de esclavos para comerciar con los británicos en el mercado de Charleston. Estos esclavos, procedentes de grupos étnicos que en algunos casos fueron llevados a la extinción por esta práctica, acabaron principalmente en Nueva Inglaterra y el Caribe.

Los franceses y Haití

Para los franceses, la esclavitud era una empresa científica. Las plantaciones de azúcar eran el modelo de producción más avanzado de su época, diseñadas para ser formas altamente eficientes de capitalismo global. A pesar de que en la Revolución Francesa de la década de 1780 se promovían la libertad y la igualdad, el racismo inherente a la esclavitud continuó a buen ritmo. La esclavitud se prohibió en 1794, pero volvió a instaurarse en 1802 bajo Napoleón. En Haití, una de las colonias más productivas de Francia, las revueltas de esclavos de finales del siglo XVIII condujeron a la independencia en 1804: el segundo país del Nuevo Mundo, después de EEUU, en obtener su libertad de Europa.

El fin de la esclavitud

Nos encantaría poder asegurarte que la esclavitud terminó en el Imperio Británico con la Ley de Abolición de la Esclavitud de 1833, o en EEUU con la Proclamación de Emancipación de Lincoln de 1863, o en 1888 en Brasil, o incluso en Mauritania en 1981, el último país que prohibió la esclavitud. Pero no podemos.

Como mencionamos al principio, la esclavitud, aunque ilegal en todas partes, sigue viva y coleando, con más esclavos que nunca. No sirve de consuelo a los 40 millones de personas esclavizadas del mundo saber que economías enteras ya no dependen de la esclavitud legal. Según los criterios de un futuro presumiblemente más ilustrado, la realidad actual de millones de niños que trabajan como esclavos en talleres clandestinos para producir bienes destinados a los consumidores occidentales nos parecerá tan bárbara como la esclavitud antes de 1863 en EEUU.

Fig. 3 - Incluso los países con los colores más claros tienen un número significativo de esclavos

Para ponerlo en claro: se calcula que EE.UU. tiene hoy unos 400.000 esclavos, incluso si excluimos el trabajo forzado a cambio de nada o centavos en el sistema penal. Entre ellos se incluyen los trabajadores agrícolas en régimen de servidumbre, otras categorías de inmigrantes indocumentados en régimen de servidumbre, esclavos sexuales y muchos más.

Incluso sigue existiendo la esclavitud en régimen de servidumbre, más notoriamente en Mauritania, que ha prohibido la práctica varias veces, pero de poco ha servido. El colapso de Libia tras una campaña de bombardeos de la OTAN en 2011 dio lugar a informes documentados sobre la resurrección allí de mercados de esclavos al aire libre, que forman parte del más amplio comercio transahariano de emigrantes^. 2 Mientras tanto, grupos terroristas como Boko Haram e ISIS han practicado abiertamente la esclavitud, mientras que las milicias Janjaweed que asolan Darfur en Sudán también han sido acusadas de practicar incursiones de esclavos.

La esclavitud moderna en cifras

En general, el 50% de todas las personas esclavizadas contemporáneas están implicadas en trabajos forzados, y predomina la trata de todo tipo, desde el sexo hasta los salones de manicura. Los niños representan 1/4 de todos los esclavos actuales; el 70% de los esclavos son mujeres. La industria mundial de 150.000 millones de dólares es la segunda, después del tráfico de drogas, entre las categorías económicas ilícitas. El precio medio de las personas esclavizadas es de 340 $, y oscila entre los miles de dólares de las esclavas sexuales y los escasos 40 $ de los trabajadores en régimen de servidumbre en algunos países africanos. El precio extremadamente bajo de las personas es uno de los principales incentivos de la esclavitud moderna; compárese con los aproximadamente 40.000 dólares que costaba una persona esclavizada comprada en una subasta en 1809 en el sur de Estados Unidos (ajustado a dólares estadounidenses de 2022).

Trabajo penal

Las dos economías más grandes del mundo, EEUU y China, tienen vastos sistemas de trabajo penal poco o nada remunerado. En China, el infame sistema laogai de trabajos forzados en prisión es ahora muy secreto, tras las acusaciones de que la "reforma" constituye esencialmente esclavitud. La situación en EEUU es más abierta: empresas con ánimo de lucro gestionan las prisiones y se les permite pagar a los presos muy por debajo del salario mínimo; en unos pocos estados, se obliga a los presos a trabajar y no se les remunera.