David Ricardo

¿Te has preguntado alguna vez: cómo hemos llegado hasta aquí? Es decir, ¿cómo hemos llegado a un punto en el que la economía parece tan abstraída de nuestras vidas, sólo una serie de frases llenas de jerga y gráficos ininteligibles?

Bueno, no deberíamos decir que la culpa es de David Ricardo; eso sería injusto. Más bien, fue su inteligencia a la hora de comprender y desarrollar las teorías económicas del libre mercado lo que sentó las bases del modelo económico bajo el que vivimos hoy. Sigamos leyendo y veamos si podemos disipar parte de la niebla que rodea a la economía de la que oímos hablar a diario.

Biografía de David Ricardo

Nacido en Londres, Inglaterra, el 18 de abril de 1772, David Ricardo fue un corredor de bolsa, político y economista cuyas teorías influyeron profundamente en la economía capitalista. Hijo de Abraham y Abigail Ricardo, creció en el seno de una familia judía sefardí que había emigrado al Reino Unido desde los Países Bajos. A los 14 años, Ricardo abandonó la educación para dedicarse a la bolsa.

A los 21, Ricardo era un corredor de bolsa establecido en la empresa de su padre, y se estaba forjando una reputación por su habilidad para leer y predecir las tendencias del mercado. A esta edad, Ricardo también renunció a su fe judía, casándose con Priscilla Anne Wilkinson y convirtiéndose al Unitarismo. Esta decisión, tomada contra la voluntad de su familia, significó que Ricardo pasaría el resto de su vida alejado de sus padres.

A finales del siglo XIX, Ricardo dirigía su propia empresa en la bolsa de Londres. Ganó una fortuna considerable, la mayor parte de la cual adquirió financiando empréstitos del gobierno y obteniendo rendimientos con intereses. Su principal contribución a la teoría económica, Sobre los principios de la economía política y la fiscalidad, se publicó en 1817.

En 1818, Ricardo se retiró de la bolsa y adquirió una finca en Gloucestershire. Ese mismo año compró un escaño en el Parlamento por 4.000 libras, donde representó a la circunscripción de Portarlington. Durante los cinco años siguientes, Ricardo fue un parlamentario que abogó por el libre comercio internacional y se opuso a la intervención del gobierno en la economía y a aranceles como las Leyes del Maíz de 1815 .

Durante este periodo, Ricardo también desarrolló las teorías económicas que llegaron a definir su legado. Al hacerlo, se relacionó con contemporáneos como Adam Smith y Thomas Malthus. Llegó a ser fundamental para el establecimiento de las teorías económicas liberales que influyeron profundamente en la economía moderna. David Ricardo falleció en 1823, a los 51 años.

Retrato de David Ricardo en 1821, dos años antes de su muerte, WikiMediaCommons

Creencias de David Ricardo

La creencia fundamental de David Ricardo era la necesidad de que los mercados económicos fueran libres y sin trabas, haciendo hincapié, en particular, en la conveniencia del libre comercio internacional.

Libre comercio

Seguidor de Adam Smith, cuya Riqueza de las Naciones (1776) creó el marco del capitalismo de libre mercado, Ricardo era partidario del libre comercio sin restricciones entre Estados-nación. Su principal argumento era que la intervención del gobierno, como las Leyes del Maíz, perturbaba el equilibrio natural del mercado.

Las Leyes del Maíz se introdujeron para aumentar la conveniencia del maíz producido en Gran Bretaña mediante la imposición de impuestos sobre el maíz importado, más barato. Para Ricardo, ésta era una opción ilógica. Desarrolló su argumento sobre la ventaja comparativa (que trataremos más adelante) como respuesta a este dilema. Intentó demostrar que importar bienes más baratos era una práctica ventajosa exclusiva de la economía de libre mercado.

Manifestación contra las Leyes del Maíz, 1846, WikiMediaCommons

Teoría laboral del valor

Para Ricardo, el valor de una mercancía venía determinado por el trabajo necesario para producirla. Se trataba de una idea increíblemente radical en aquella época, que Ricardo promovió para demostrar que la fijación con los salarios en la economía contemporánea era innecesaria.

Para decirlo más sencillamente, Ricardo creía que si una puerta, por ejemplo, se construía en tres horas, y al mismo tiempo se podían construir seis picaportes, entonces una puerta valía seis picaportes. El salario era una fijación innecesaria, pues distraía del verdadero valor. No importaba si la persona que construía la puerta ganaba más por hora, ya que el valor real de los objetos seguía siendo el mismo.

La equivalencia ricardiana

En su teoría de la equivalencia, Ricardo afirma que cuando los gobiernos gastan dinero para inflar la economía, aumentando así el déficit presupuestario, no mejoran las condiciones económicas. Esto se debe a que cuando los consumidores racionales reconocen que los gobiernos gastan más para contrarrestar la depresión económica, limitarán su gasto y ahorrarán dinero para prepararse para una recesión.

Por tanto, al limitar los consumidores su gasto en la economía nacional, se reduce la suma total de dinero en circulación. Cuando se une a un déficit presupuestario creciente, este gasto adicional crea una situación en la que la economía, en última instancia, no mejora. La equivalencia ricardiana es un ejemplo de cómo los teóricos liberales clásicos enmarcaban a los individuos en el mercado como actores racionales e informados, justificando así sus creencias en el individualismo.

La teoría de David Ricardo sobre el comercio internacional

Revisemos un poco más a fondo la teoría de la ventaja comparativa de Ricardo. La ventaja comparativa es la teoría de Ricardo que define el comercio internacional, y ha tenido una influencia increíble en la economía moderna de libre mercado.

Como hemos mencionado, para Ricardo no tenía sentido que los estados limitaran o restringieran los bienes importados. Sostenía que la capacidad de una nación para producir una mercancía, con un mínimo de horas de trabajo y un acceso más abundante a los recursos necesarios, la convertía en el productor más deseable del artículo en cuestión. Ricardo rebatió que la especialización de la economía hacia la producción de bienes de fácil fabricación, que según él tenían uncoste de oportunidad mínimo, otorgaba a a la economía una ventaja comparativa en el mercado.

El argumento de Ricardo a favor de la teoría de la ventaja comparativa era que conducía a un comercio sin fricciones entre los estados nacionales, en el que cada estado especializaba su fuerza productiva hacia aquellos bienes que sus recursos naturales podían facilitar. ¿Por qué, por ejemplo, debía Inglaterra centrarse en la producción de vino tinto cuando podía producirse en Portugal con mucha mayor eficacia? Para Ricardo, la aplicación de la teoría de la ventaja comparativa, combinada con un mercado libre global, crearía una situación en la que florecería el comercio internacional.

Principios de economía política David Ricardo

Laobra fundamental de Ricardo, Sobre los principios de la economía política y la fiscalidad, se publicó en 1817. Puede considerarse que la obra intenta incorporar las teorías de la renta y del trabajo a la economía liberal. Ricardo sostenía que estos dos fenómenos, que tenían un profundo impacto en la estructura política y las condiciones económicas de una nación, habían sido descuidados por los economistas.

Como hemos visto, Ricardo dio el paso radical de equiparar el valor de un bien con el trabajo necesario para producirlo. Enlugar de preocuparse por una teoría de los salarios, que en aquella época se concebían como una compensación a los trabajadores para garantizar que se mantuvieran en el nivel desubsistenciao por encima de él , Ricardo consideró la productividad real como la actividad que creaba valor

A través de esta teoría de la productividad, Ricardo desarrolló también su teoría de la renta económica. Para Ricardo, la renta se entendía como la riqueza acumulada por la clase minoritaria de propietarios de tierras, por la que no tenían que ejercer ninguna fuerza productiva (trabajo).

Por ejemplo, un propietario de tierras puede poseer un suelo superior a partir del cual puede cultivar bienes superiores con mayor eficacia sin necesidad de mano de obra adicional. Por lo tanto, acumularán mayores beneficios a pesar de no tener que realizar más trabajo que los que poseen tierras inferiores. Aunque el producto se venda al mismo precio, los que tengan acceso a una tierra superior obtendrán mayores beneficios, y esto, para Ricardo, puede definirse como renta económica.

Placa conmemorativa de David Ricardo, instalada en el departamento de economía del University College de Londres, 2005, WikiMediaCommons

Teoría del desarrollo de David Ricardo

Dado el contexto histórico en el que Ricardo escribía, sus escritos sobre el desarrollo económico se centran principalmente en el sector agrario. En este sector, Ricardo planteó la hipótesis de la existencia de tres clases económicas: terratenientes, capitalistas y trabajadores.

La economía funcionaba en la medida en que los capitalistas (empresarios) compraban los recursos y materiales con los que los obreros (trabajadores) realizaban su trabajo. Toda esta actividad económica se desarrollaba en la propiedad de la clase terrateniente (terratenientes), a la que la clase capitalista pagaba una renta por explotar sus tierras.

Además, Ricardo suscribía la teoría económica conocida como rendimientos decrecientes, que afirma que, a medida que los capitalistas invierten más recursos en sus actividades económicas, sus beneficios se reducen. Esencialmente, gastan más dinero para producir más bienes. Aun así, los gastos acumulados por la compra y el mantenimiento de maquinaria o la contratación de más trabajadores en una tierra cuya calidad disminuye reducen sus márgenes de beneficio.

La teoría del desarrollo económico de Ricardo se define por su pensamiento sobre cómo estos factores -las relaciones de clase y los rendimientos decrecientes- tienen lugar en economías en las que la cantidad de tierra es finita y los recursos naturales suelen ser escasos. A medida que aumenta la población, también lo hace la demanda de tierra. Ricardo sostiene que, en esta situación, la clase capitalista proseguirá inevitablemente sus esfuerzos en una tierra de menor calidad. Teniendo en cuenta los rendimientos decrecientes, los beneficios disminuirán y, por tanto, también lo harán los salarios.

Ricardo plantea entonces la hipótesis de que el estado acabará volviéndose estacionario cuando los capitalistas no tengan ningún incentivo para aumentar o disminuir su rendimiento productivo. Esto es el resultado de unos rendimientos cada vez menores, unos beneficios decrecientes y una población en aumento (y, por tanto, un excedente de mano de obra). Para Ricardo, este fenómeno sólo podía contrarrestarse cuando la clase capitalista reinvertía los beneficios en tecnologías e industrias emergentes, promoviendo así el desarrollo fuera del sector agrícola. El estancamiento económico era inevitable si la clase capitalista se limitaba a acaparar sus beneficios.