¿Cuáles son las principales diferencias entre un tumor benigno y un tumor maligno?
Un tumor benigno es no canceroso, crece lentamente, no invade tejidos circundantes y no se disemina a otras partes del cuerpo. En cambio, un tumor maligno es canceroso, puede crecer rápidamente, invade tejidos cercanos y tiene la capacidad de hacer metástasis, es decir, diseminarse a otros órganos.
¿Qué factores pueden influir en el desarrollo de un tumor?
Factores genéticos, mutaciones en el ADN, exposición a carcinógenos ambientales (como radiación, tabaco y productos químicos), infecciones virales, desequilibrios hormonales y un sistema inmunológico debilitado pueden influir en el desarrollo de un tumor. También, hábitos de vida poco saludables, como una dieta inadecuada y falta de ejercicio, pueden contribuir.
¿Cómo se diagnostica un tumor?
Un tumor se diagnostica mediante una combinación de técnicas que incluyen exámenes físicos, estudios de imagen como tomografías o resonancias magnéticas, y pruebas de laboratorio. La confirmación suele requerir una biopsia, donde se extrae una muestra de tejido para un examen microscópico para determinar la presencia y el tipo de células tumorales.
¿Qué tratamientos existen para combatir los tumores?
Los tratamientos para combatir los tumores incluyen cirugía para extirparlos, radioterapia para destruir las células tumorales mediante radiación y quimioterapia que utiliza fármacos para matar o inhibir el crecimiento celular. Además, la inmunoterapia estimula el sistema inmunológico para atacar las células cancerosas, y las terapias dirigidas actúan sobre anomalías específicas en las células tumorales.
¿Cuál es el papel de la genética en el desarrollo de los tumores?
La genética juega un papel crucial en el desarrollo de tumores, ya que las mutaciones genéticas pueden activar oncogenes o inactivar genes supresores de tumores, alterando el control celular y promoviendo el crecimiento descontrolado. Además, ciertas predisposiciones hereditarias aumentan el riesgo de desarrollar cáncer.