Julio César

Intriga. Conspiración. Traición. Venganza. Puede que hayas visto muchas películas de adolescentes en el instituto que contenían estos elementos, pero ¿sabías que la obra de Shakespeare Julio César también destaca estos temas? Así es, César fue traicionado y asesinado por su mejor amigo Bruto, y más tarde vengado por su leal seguidor, Marco Antonio. Sigue leyendo para saber cómo se desarrolló el drama...

Julio César: Hechos

Como muchas otras obras de Shakespeare, Julio César no es una obra original. Es decir, William Shakespeare se inspiró en otros textos y tomó prestado material de ellos para escribir esta obra. Uno de los textos de los que tomó mucho prestado es la Vida de César de Plutarco, escrita hacia el año 75 d.C., más de 1.400 años antes de que Shakespeare escribiera su versión. Plutarco fue un biógrafo e historiador que escribió las biografías de personajes notables, entre ellos el emperador romano Julio César.

William Shakespeare, al igual que sus contemporáneos, estaba profundamente interesado en los textos clásicos, especialmente en los protagonizados por figuras griegas y romanas. Por tanto, no es de extrañar que se sintiera impulsado a escribir sobre la tragedia de Julio César. Sin limitarse a las historias griegas y romanas, Shakespeare se aventuró incluso en la tradición y la historia egipcias, escribiendo sobre la reina Cleopatra en Antonio y Cleopatra (1608).

Otra nota importante sobre el contexto de la obra es que, cuando Julio César se representó por primera vez en 1599, la reina Isabel era anciana, soltera y no había nombrado sucesor, lo que ponía bastante nerviosa a la población de Inglaterra, sobre todo a la que trabajaba en el Gobierno. Julio Césarpretendía mostrar los peligros de una guerra civil, que se cernía sobre Inglaterra como una posibilidad si no se nombraba sucesor.

Julio César: Resumen

Normalmente, empezaríamos por el principio de la obra y explicaríamos lo que ocurrió. Sin embargo, en este caso, echemos un vistazo rápido a algo que sucedió antes de los acontecimientos de la obra. En Julio César, Marco Bruto está bastante orgulloso de su herencia, pues a su antepasado se le atribuye haber derrocado la monarquía en Roma expulsando al Dictador, el rey romano Tarquinio Superbo. Es importante tener en cuenta esta historia, pues proporciona el contexto para la actitud de Bruto hacia César.

Ahora, sigamos con la obra. El actual sistema de gobierno de Roma está formado por el triunvirato y el senado. Julio César es uno de los miembros de este triunvirato junto con Pompeyo y Craso. Tras numerosas victorias políticas, César impone reformas sociales y políticas, y se convierte en la autoridad suprema de Roma, sobre todo tras derrotar a Pompeyo.

Tras derrotar con éxito a Pompeyo, César regresa victorioso a Roma en la fiesta de las Lupercales, un festival pastoral romano. Durante la celebración, César es abordado en el desfile por un adivino, que le advierte y le dice que "tenga cuidado con los idus de marzo" (Acto 1, Escena 2), que es una forma elegante de decir "15 de marzo".

Mientras tanto, Casio, aristócrata y miembro del Senado, se reúne con Bruto para hablar del malestar que está creciendo debido a la creciente autoridad de César. Mientras que la obra indica que Casio está motivado por los celos, Bruto, en cambio, está realmente preocupado porque César está abusando de sus poderes.

Mientras Casio convence a Bruto para que conspire contra César, llega Casca (otro conspirador) y narra a Casio y Bruto lo ocurrido en el desfile. Cuenta que Marco Antonio ofreció tres veces la corona a César, y que éste la rechazó las tres veces, cada vez más a regañadientes. Convencido por ello de las ansias de poder y ambición de César, y engañado por los demás conspiradores haciéndole creer que cuenta con el apoyo del pueblo, Bruto decide que hay que detener a César.

En los Idus de Marzo, César se encuentra en el Senado, ocupándose de los asuntos del día. Mientras plantean sus quejas, los conspiradores, incluido Bruto, apuñalan a César y lo asesinan. El golpe final que recibe César es el de Bruto, y finalmente cae muerto, provocando el caos en el Senado.

Bruto, sabiendo que la opinión pública es importante, sube al escenario y anuncia al pueblo de Roma que César se estaba volviendo demasiado ambicioso y debía ser asesinado por el bien de Roma. Aunque, al principio, el pueblo parece estar de acuerdo con Bruto, Marco Antonio pronuncia un discurso fúnebre en honor de César y rápidamente influye en la opinión pública, obligando a Bruto, Casio y los demás conspiradores a huir de Roma.

Sobreviene la guerra civil y surge un nuevo triunvirato con Marco Antonio, el sobrino de César, Octavio, y Marco Lépido al frente. Se encuentran con Bruto, Casio y los demás conspiradores en el campo de batalla y arrollan sus fuerzas. Bruto y Casio se suicidan, y la muerte de César es vengada. La obra concluye con Marco Antonio rindiendo homenaje a Bruto, afirmando que se mantuvo noble hasta el final y que fue él quien realmente mató a César por preocupación por Roma.

Julio César: Citas

Entre los versos más famosos de Shakespeare se encuentran estas últimas palabras de Julio César, justo después de ver a Bruto entre los conspiradores. Traducidas a: "¿Tú también, Bruto? Entonces cae César", demuestran la conmoción y el sentimiento de traición de César al ver a su íntimo amigo entre los conspiradores. A través de la segunda mitad de la cita, César transmite que muere a causa del golpe traidor de Bruto.

Ésta es otra de las líneas más famosas de Shakespeare. Marco Antonio inicia su discurso fúnebre con estas palabras, contando al pueblo romano entre sus "amigos" y ya inclinando la opinión pública a su favor. Ser un buen orador y tener excelentes dotes retóricas eran cualidades importantes para un político romano, y Antonio las demuestra en este discurso. Utiliza la sátira y la ironía para burlarse de la afirmación de Bruto de que César era un hombre ambicioso, dando ejemplos de la humildad de César. Finalmente declara que César dejó una importante suma de 75 dracmas (la moneda romana de la época) a cada ciudadano de Roma, con lo que consiguió el apoyo del pueblo y expulsó a los conspiradores de Roma.

Éstas son las últimas palabras de Bruto. Afirma que, aunque mató voluntariamente a César, su voluntad sólo se ha duplicado en su resolución de suicidarse tras aceptar sus fechorías y asumir su destino final.

Julio César: Temas

Las obras de Shakespeare siguen siendo muy leídas, analizadas y representadas después de 400 años porque tocan temas universales que intrigan a los lectores y al público incluso hoy en día. Julio César, en particular, trata los temas de la ambición y el poder, la amistad y el honor.

Ambición y poder

La ambición y el ansia de poder motivan a muchos personajes de la obra, incluido Casio. Bruto, en su discurso tras el asesinato de César, afirma que tuvo que matar a César a causa de su creciente ambición y sed de más autoridad. Debido a su pasado ancestral, Bruto desconfía de los dictadores que reinan con autoridad suprema. Hacia el final, cuando Marco Antonio rinde homenaje a Bruto, anuncia que Bruto fue el único que mató a César realmente por el bien de Roma. Bruto es el único personaje que no se deja llevar por la ambición.

La amistad

La amistad es un tema importante en la obra, ya que Bruto, a pesar de ser el mejor amigo de César, debe oponer su amistad y lealtad hacia él a su lealtad hacia Roma, lo que provoca la caída de César (y, en consecuencia, la suya propia). Marco Antonio, por su parte, no llega a ser amigo de César, sino más bien un discípulo leal, que incluso vengó la muerte de César.

Honor

Para un ciudadano romano, sobre todo si trabaja para el Estado, nada es más importante que sus principios y su código de honor. Quizá también por eso asociamos el honor con ser "romántico". Bruto, honorable ciudadano romano, se ve obligado a conspirar contra su amigo por el bien de Roma. Marco Antonio plantea la cuestión del honor, especialmente el de César, cuando inclina la opinión pública a su favor. Hacia el final, Bruto acepta sus faltas y su destino para morir lo que se consideraría una muerte romana honorable, es decir, no por derrota, sino por su propia mano. También se podría argumentar que Casio y los conspiradores carecían de honor en su conspiración contra César.