Acoso cibernético

Sumérgete en el complejo mundo del ciberacoso, un problema acuciante en la sociedad moderna, a través de la lente de la psicología. Adquiere una comprensión más profunda de esta amenaza digital, explorando sus causas, implicaciones y efectos adversos sobre la salud mental. Apoyado en estudios exhaustivos, este artículo proporciona un análisis informativo de la relación entre el ciberacoso y el malestar psicológico. Además, profundiza en las estrategias de afrontamiento eficaces para contrarrestar el ciberacoso. Una lectura obligada para comprender mejor los enfoques psicológicos necesarios para gestionar los obstáculos y traumas causados por el ciberacoso en la era digital.

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    Comprender el ciberacoso en Psicología

    Cuando se habla de diversos problemas derivados de la integración de las tecnologías de la información en nuestra vida cotidiana, una de las mayores preocupaciones gira en torno al concepto de ciberacoso. Esta cuestión, aunque nueva, se ha convertido rápidamente en un importante foco de atención en los estudios psicológicos.

    Desentrañar la definición de ciberacoso

    Como punto de partida de nuestra exploración, es crucial comprender qué implica exactamente el ciberacoso. En los términos más sencillos, se define como el uso de herramientas de comunicación digital para intimidar, amenazar o angustiar a otro individuo de forma persistente.

    El ciberacoso abarca una amplia gama de comportamientos que incluyen, entre otros, los mensajes de odio, la exposición de información personal (conocida como doxing), la difusión de información falsa, el acoso en línea y el mobbing.

    En el contexto de la psicología, comprender el ciberacoso va más allá de su definición técnica. Se trata de estudiar las razones subyacentes que provocan tales comportamientos y las posibles soluciones que podrían contrarrestar esta enfermedad social.

    Causas y ejemplos de ciberacoso

    Cabría preguntarse: ¿qué impulsa el ciberacoso? Diversas investigaciones han identificado diferentes causas, entre las que destacan

    • Sentimientos de anonimato potenciados por el entorno online
    • Un deseo de poder y control sobre los demás
    • Un sentimiento de disfrute al causar angustia
    • La aceptación de los demás y probarse a uno mismo

    El anonimato es uno de los principales facilitadores del ciberacoso. En Internet, las personas pueden ocultarse tras perfiles falsos, lo que les da una sensación de invulnerabilidad. Los ciberacosadores se aprovechan de esta apariencia de imposibilidad de rastreo para realizar actividades dañinas sin temor a consecuencias inmediatas.

    El ciberacoso adopta diversas formas, y es esencial destacar algunos ejemplos típicos.

    Imagina que eres un adolescente que se ha unido recientemente a una popular comunidad online. A las pocas semanas de utilizar la plataforma, empiezas a recibir mensajes amenazadores de un usuario anónimo que insiste en que conoce tu secreto y lo revelará a menos que hagas lo que te dice. Este acoso continuado te causa una gran angustia emocional y amenaza tu seguridad y privacidad. Este calvario ejemplifica el ciberacoso.

    En el futuro, nuestra atención se extenderá desde la identificación y comprensión del ciberacoso hasta la búsqueda de posibles ayudas y remedios dentro de marcos psicológicos. El viaje puede ser difícil, pero es un paso crucial hacia el fomento de un mundo digital más sano y seguro para todos.

    El delito psicológico: Ciberacoso

    Dada la ubicuidad de la tecnología y de Internet, se ha producido un aumento exponencial de las relaciones virtuales. Aunque esto tiene numerosas ventajas, también conlleva algunos graves peligros, uno de los cuales es el delito psicológico conocido como ciberacoso. Se trata de un delito complejo y estratificado que inflige un gran daño a la salud mental de las personas, de ahí el término de referencia, un "delito psicológico".

    Por qué el ciberacoso se considera un delito

    Si estás familiarizado con los principios básicos de las leyes y los derechos humanos, comprenderás que toda persona tiene derecho a vivir libre de violencia y daños. Esta libertad se extiende también al ámbito digital. Por tanto, cualquier acto que viole este derecho, online u offline, constituye un delito.

    No obstante, es crucial comprender las razones específicas por las que el ciberacoso se clasifica como delito. Los siguientes puntos clave arrojan más luz al respecto:

    • Daño intencionado: Un acto suele considerarse delictivo si existe una intención evidente de causar daño. En los casos de ciberacoso, el acosador realiza voluntariamente acciones que dañan a otros mental, emocional o incluso físicamente.
    • Violación del derecho a la intimidad: La intimidad es un derecho humano fundamental. El ciberacoso suele conllevar la exposición injustificada de información personal (doxing), la intrusión en espacios personales y la violación de la intimidad, todo lo cual está penado por la ley.
    • Agresión continuada: El ciberacoso no es un incidente aislado. Implica agresiones continuas y acciones perjudiciales durante un periodo prolongado, que dejan a la víctima en una situación de miedo y angustia constantes.

    Consideremos un escenario en el que un individuo utiliza perfiles anónimos en línea para enviar repetidamente mensajes abusivos y amenazas a una víctima, junto con la exposición de la información personal de la víctima. Este acto se clasifica como ciberacoso debido a la inflicción intencionada de daño, el comportamiento agresivo repetido y la grave violación de la intimidad de la víctima.

    Ahora bien, el punto crítico es recordar que las leyes varían de un país a otro. Sin embargo, la mayoría de las legislaciones del mundo reconocen la gravedad del ciberacoso y cuentan con leyes exhaustivas y penas severas contra él.

    Implicaciones del ciberacoso en la psicología

    La psicología desempeña un papel importante en la formación de nuestra comprensión del ciberacoso. Desde la disección de las motivaciones psicológicas de los acosadores hasta el análisis de las ramificaciones en la salud mental de las víctimas, esta disciplina ofrece valiosas perspectivas sobre este delito digital.

    En cuanto a los acosadores, la investigación sugiere varios posibles motivadores:

    • Empoderamiento facilitado por el anonimato: El manto del anonimato en línea suele crear una sensación de invulnerabilidad entre los acosadores.
    • Dinámica de control y poder: El ciberacoso proporciona una vía para que los individuos ejerzan poder y dominio sobre los demás.
    • Aceptación social: En algunos grupos online, los acosadores pueden perpetuar comportamientos negativos para obtener aceptación o reconocimiento dentro del grupo.

    Por otra parte, la psicología también pone de manifiesto los efectos debilitadores del ciberacoso en las víctimas. La exposición repetida a estas experiencias angustiosas puede provocar diversos resultados psicológicos adversos:

    • Ansiedad y depresión: El ciberacoso persistente puede crear un estado constante de miedo y angustia que provoque ansiedad y trastornos depresivos.
    • Trastorno de estrés postraumático (TEPT): Las intensas amenazas y la angustia infligidas por el ciberacoso pueden llevar a las víctimas a desarrollar síntomas parecidos al TEPT.
    • Disminución de la autoestima: Las víctimas de ciberacoso suelen sentirse impotentes, aisladas y culpabilizadas, lo que contribuye a reducir drásticamente su autoestima.

    Claramente, las implicaciones del ciberacoso abarcan ambos extremos del espectro, afectando tanto a los agresores como a las víctimas. Comprender esta interacción entre psicología y ciberacoso será decisivo para forjar sólidas estrategias de prevención y ofrecer apoyo de salud mental a las víctimas.

    El impacto del ciberacoso en la salud mental

    En esta era digital, en la que los espacios en línea constituyen una parte importante de nuestra vida social, el problema del ciberacoso representa una amenaza creciente para nuestra salud mental. El ciberacoso, una forma de agresión psicológica difundida a través de métodos electrónicos, abarca comportamientos como el acecho digital, la intimidación en línea y la difusión de información errónea para provocar miedo o daño. Su impacto en la psique humana puede ser destructivo y duradero.

    Exploración de los efectos del ciberacoso en la psicología

    Las tribulaciones que impone el ciberacoso a las personas son complejas y polifacéticas. Ser víctima de ciberacoso puede provocar una miríada de trastornos psicológicos, además de afectar profundamente a las actitudes, comportamientos y percepciones del individuo. Profundicemos en los diversos efectos psicológicos del ciberacoso.

    Ansiedad: Como respuesta a los constantes ataques y amenazas en línea, las víctimas suelen manifestar que tienen una mayor sensación de miedo y preocupación. Este estado sostenido de inquietud puede evolucionar hacia un trastorno de ansiedad. La ansiedad se caracteriza por sentimientos generalizados de amenaza, nerviosismo o miedo que pueden ser tan abrumadores que interfieren en las actividades cotidianas.

    Depresión: El efecto del ciberacoso no se limita a la ansiedad. A menudo deja a las víctimas desesperanzadas o con una sensación de inutilidad, estados emocionales relacionados con la depresión clínica. La depresión se describe como sentimientos de extremo abatimiento, desánimo o desesperanza, que a menudo provocan el deterioro de la rutina diaria de una persona y, en el peor de los casos, pueden conducir a la ideación suicida.

    Baja autoestima: El acoso tiende a afectar negativamente a la autoimagen y la autoestima de una persona. El ciberacoso suele conllevar críticas implacables, ataques personales y vergüenza pública, todo lo cual es perjudicial para la autoestima. La baja autoestima es una sensación generalizada de insignificancia o escasez de amor propio y autorrealización. A menudo se manifiesta como autodesprecio, autocrítica e incapacidad para afirmarse positivamente en diversas situaciones.

    Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT): En casos graves, las víctimas de ciberacoso pueden presentar síntomas parecidos al Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT). Este trastorno suele desarrollarse después de que una persona haya experimentado un suceso o una serie de sucesos aterradores, que en este caso son los encuentros persistentemente traumáticos a través del ciberacoso. El TEPT se caracteriza por flashbacks, hiperexcitación, insomnio, evitación de desencadenantes relacionados con el suceso traumático y un estado constante de angustia emocional.

    Comprensión del impacto psicológico del ciberacoso

    Además del conjunto de afecciones derivadas del ciberacoso, debemos comprender también los sutiles impactos psicológicos cotidianos que impone a las víctimas. Uno de esos impactos es la aguda sensación de miedo y desconfianza hacia las plataformas digitales y la tecnología en general, a menudo denominada tecnofobia.

    La tecnofobia, definida como el miedo o la ansiedad intensos hacia la tecnología, suele derivarse de experiencias negativas con dispositivos tecnológicos, siendo el ciberacoso un factor importante. Este miedo puede llevar a la reticencia a participar en actividades o comunidades en línea y puede inhibir el aprendizaje y el progreso tecnológicos.

    Además, se produce un cambio evidente en los comportamientos y actitudes sociales cuando se está sometido constantemente a acoso en línea. Las víctimas pueden mostrar retraimiento social, tanto online como offline, por miedo a sufrir más acoso. También podrían desarrollar sentimientos perpetuos de vulnerabilidad, lo que les llevaría a un aislamiento autoimpuesto.

    También es fundamental mencionar el miedo al sesgo de confirmación en las víctimas de ciberacoso. El sesgo de confirmación se refiere a la tendencia a interpretar, favorecer y recordar la información que confirma las propias creencias o hipótesis preexistentes. El miedo a que las opiniones negativas sobre uno mismo se confirmen mediante ataques online puede intensificar aún más el daño psicológico impuesto por el acoso.

    El impacto psicológico del ciberacoso se extiende más allá de la esfera personal. Contribuye significativamente a la formación de normas y actitudes sociales negativas, como la aceptación del acoso, la mentalidad de culpar a la víctima y la normalización de la agresión en línea. Estas implicaciones sociales refuerzan el ciclo del acoso en línea y dificultan el tratamiento de este problema omnipresente a un nivel más amplio.

    Estrategias para contrarrestar el ciberacoso

    Ante el aumento de los incidentes de ciberacoso, es crucial diseñar estrategias eficaces, tanto psicológicas como prácticas, para contrarrestar esta amenaza digital. Comprender cómo responder al acoso en línea y gestionarlo puede marcar una diferencia significativa a la hora de mitigar sus efectos psicológicos.

    Estrategias de afrontamiento del ciberacoso

    Enfrentarse al ciberacoso puede ser un reto, pero pueden emplearse estrategias de afrontamiento específicas para mitigar su daño. Veamos algunas de estas medidas prácticas.

    Documenta y denuncia: Si eres víctima de ciberacoso, una de las cosas más importantes que debes hacer es documentar los casos. Esto incluye guardar capturas de pantalla, correos electrónicos, mensajes de texto y cualquier otra forma de comunicación que proporcione pruebas del acoso. Debes denunciar estos incidentes a las respectivas plataformas online y, si es necesario, a las fuerzas de seguridad locales.

    Limita la información personal en Internet: Reducir la cantidad de información accesible sobre ti en Internet puede disminuir el riesgo de ser objeto de acoso. Esto incluye limitar la información personal que compartes en redes sociales, formularios online y otras plataformas digitales.

    Utiliza los ajustes de privacidad: La mayoría de las plataformas digitales ofrecen ajustes de privacidad que pueden ayudarte a protegerte del ciberacoso. Puedes optar por ajustes que limiten quién puede ver tu perfil, quién puede enviarte mensajes y quién puede comentar tus publicaciones.

    Ignorar y bloquear: A veces, la mejor respuesta a los acosadores en línea es no responder en absoluto. Comprometerse con los acosadores puede avivar sus acciones. En lugar de eso, considera la posibilidad de bloquearlos o limitar su capacidad de ponerse en contacto contigo.

    Además, las medidas de ciberseguridad, como actualizar regularmente tus contraseñas y utilizar la verificación en dos pasos, también pueden añadir una capa adicional de protección contra el ciberacoso.

    Enfoques psicológicos para gestionar el ciberacoso

    Aunque las estrategias prácticas se centran en el manejo de los factores externos del ciberacoso, es igualmente importante emplear enfoques psicológicos para abordar los aspectos internos. Estos métodos pretenden salvaguardar la salud mental y ayudar a las personas a recuperar el control y la confianza en sí mismas en los momentos difíciles.

    Estrategias cognitivo-conductuales: Las estrategias cognitivo-conductuales engloban métodos que ayudan a las víctimas a gestionar sus reacciones al ciberacoso. Técnicas como la reestructuración cognitiva pueden ayudar a las víctimas a desafiar y cambiar los patrones de pensamiento negativos inducidos por el acoso. Las imágenes guiadas y los ejercicios de relajación pueden ayudar a reducir los niveles de estrés y ansiedad.

    Una parte de los métodos cognitivo-conductuales es el entrenamiento en resiliencia, que puede dotar a las personas de las habilidades y la mentalidad necesarias para enfrentarse eficazmente al ciberacoso.

    Apoyo psicológico: Buscar ayuda de profesionales de la salud mental puede ser increíblemente beneficioso para las víctimas de ciberacoso. La psicoterapia, por ejemplo, puede proporcionar a las víctimas un espacio seguro para expresar sus sentimientos y temores, y ofrecerles estrategias de afrontamiento adaptadas a sus experiencias y necesidades específicas.

    Apoyo social: El aislamiento puede agravar el daño psicológico causado por el ciberacoso. Por el contrario, contar con una red fuerte y solidaria de amigos, familiares o una comunidad de apoyo puede proporcionar un poderoso amortiguador contra los impactos del acoso. Es imprescindible que las víctimas comuniquen sus experiencias a personas de confianza en sus vidas.

    Además, también puede resultarte valioso unirte a Grupos de Apoyo. Se trata de comunidades de personas que han vivido situaciones similares. Pueden ofrecer simpatía, puntos de vista y consejos basados en experiencias vividas.

    Por último, no hay que descuidar la Atención Plena y el Autocuidado. Hacer ejercicio físico con regularidad, mantener una dieta equilibrada, dormir lo suficiente y participar en actividades relajantes forman parte de un enfoque holístico de atención psicológica para hacer frente al ciberacoso.

    Estudio exhaustivo sobre el ciberacoso

    A medida que avanza la tecnología y la sociedad se integra cada vez más en la esfera digital, surgen nuevos retos y peligros. El ciberacoso, una manifestación crítica de tales peligros, conlleva profundas implicaciones para la salud mental que requieren nuestra atención inmediata y duradera.

    Comprender las causas del ciberacoso

    El ciberacoso es una fea realidad de nuestro mundo digital, que maniobra en los espacios virtuales para infligir daño, angustia y miedo. Descifrar las causas profundas de este comportamiento perjudicial ayuda a desarrollar contraestrategias eficaces, al tiempo que proporciona una base para intervenciones psicológicas útiles.

    A menudo, el anonimato en el ciberespacio es un factor dominante. Cuando los individuos sienten que sus identidades están ocultas, sus inhibiciones tienden a disminuir. En consecuencia, acciones que normalmente evitarían debido a las normas sociales y morales -como el acoso y la intimidación- se vuelven más fáciles de ejecutar. En lenguaje psicológico, esto se denomina "efecto de desinhibición online".

    Además de la sensación de anonimato, otro motor importante del ciberacoso está relacionado con la necesidad de poder y control. Muchos acosadores se sienten fortalecidos por el miedo y el malestar que provocan en sus víctimas. Para ellos, el ciberacoso actúa como una vía para afirmar la superioridad o el dominio y compensar los fallos percibidos en sus vidas fuera de la red.

    Además, no pueden ignorarse por completo los factores sociales. A veces, la necesidad de pertenecer a un grupo u obtener su aceptación impulsa a las personas a adoptar comportamientos indeseables. Los acosadores, especialmente en los grupos de odio online o en las redes de acoso, pueden perpetuar el ciberacoso bajo la influencia de sus iguales o para mantener su estatus dentro del grupo.

    Por último, cabe mencionar que, al igual que otras formas de acoso, el ciberacoso también surge de los prejuicios y el odio. Los acosadores suelen dirigirse a las personas por su raza, religión, sexo, orientación sexual o cualquier otro tipo de factor distintivo.

    Ejemplos de ciberacoso en Psicología y sus implicaciones

    Ilustrar casos de ciberacoso nos proporciona una comprensión más tangible del concepto y de sus diversas manifestaciones, al tiempo que nos hace comprender sus ramificaciones psicológicas.

    Pensemos, por ejemplo, en un adolescente que empieza a recibir mensajes hostiles con tintes racistas de un usuario anónimo en una plataforma de redes sociales. El acosador también podría difundir estos mensajes públicamente, invitando a otros a participar en el odioso diálogo. Esta forma de ciberacoso, a menudo denominada "ciberodio", no sólo contribuye a la angustia individual, sino que también crea un entorno en línea polarizado y hostil.

    Otro ejemplo sería el acoso en línea, en el que los agresores vigilan, siguen y se comunican persistentemente con sus víctimas, generando una sensación de supervisión y violación constantes. Los ciberacosadores suelen utilizar herramientas digitales para rastrear la actividad en línea de la víctima, enviarle mensajes perturbadores o incluso difundir su información privada sin su consentimiento.

    Tal vez, una de las formas de ciberacoso más reconocidas en el mundo contemporáneo sea la "porno venganza". En este caso, se comparten en Internet imágenes o vídeos explícitos de la víctima sin su consentimiento, a menudo tras una ruptura o una caída. La pornografía vengativa no sólo viola la intimidad, sino que también puede provocar vergüenza pública e importantes trastornos emocionales.

    Las implicaciones psicológicas de estas formas de ciberacoso son graves y de gran alcance. El acoso persistente puede llevar a las víctimas a frecuentes estados de miedo y ansiedad, lo que repercute en su salud mental general. Pueden desarrollar síntomas de Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), como hipervigilancia, recuerdos angustiosos recurrentes del acoso y evitación de todo lo que les recuerde sus experiencias traumáticas en línea.

    A largo plazo, las víctimas también pueden experimentar una disminución de la autoestima y la autoeficacia, una sensación de impotencia e incluso ideación suicida. Además, pueden empezar a retirarse de las situaciones sociales y a desconfiar cada vez más de las herramientas tecnológicas, limitando así sus oportunidades y su calidad de vida en general.

    Ciberacoso - Puntos clave

    • El término ciberacoso se refiere a un delito psicológico que perjudica la salud mental de las personas. Implica daño intencionado, violación del derecho a la intimidad y agresión continua en el espacio online.
    • El ciberacoso se considera un delito porque vulnera el derecho de una persona a vivir libre de violencia y daños tanto en el ámbito físico como en el digital. Las leyes contra el ciberacoso varían según el país, pero suelen conllevar penas severas.
    • El impacto psicológico del ciberacoso incluye causar ansiedad, depresión, baja autoestima y, en casos graves, Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) en las víctimas.
    • Las estrategias para contrarrestar el ciberacoso incluyen documentar y denunciar los casos, limitar la información personal en línea, utilizar los ajustes de privacidad de las plataformas digitales e ignorar y bloquear a los acosadores. También pueden ser beneficiosos los enfoques psicológicos, como las estrategias cognitivo-conductuales, el entrenamiento en resiliencia y la búsqueda de apoyo psicológico y social.
    • Las causas del ciberacoso incluyen el empoderamiento facilitado por el anonimato, las dinámicas de control y poder, y la aceptación social. Comprender estas causas fundamentales ayuda a desarrollar contraestrategias e intervenciones psicológicas eficaces.
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    Acoso cibernético
    Preguntas frecuentes sobre Acoso cibernético
    ¿Qué es el acoso cibernético?
    El acoso cibernético es cuando se usa internet para intimidar, humillar o acosar a alguien, a menudo de manera repetitiva.
    ¿Cuáles son los efectos del acoso cibernético?
    Los efectos del acoso cibernético pueden incluir ansiedad, depresión, baja autoestima y problemas de salud mental.
    ¿Cómo puedo prevenir el acoso cibernético?
    Para prevenir el acoso cibernético, es esencial educarse sobre el tema, establecer límites en redes sociales y fomentar la comunicación abierta.
    ¿Qué hacer si soy víctima de acoso cibernético?
    Si eres víctima de acoso cibernético, es crucial reportarlo, bloquear al acosador y buscar apoyo emocional y profesional.
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